El pasado 23 de marzo el Tribunal Supremo se pronunció sobre el seguimiento de la jornada diaria de los trabajadores. Según la sentencia judicial las empresas no están obligadas al registro de las horas ordinarias de su plantilla y sí de las extraordinarias ante la Inspección de Trabajo.
La sentencia del Tribunal Supremo anula un dictamen anterior de la Audiencia Nacional sobre el caso Bankia, que establecía la responsabilidad de las empresas en el control de la jornada conforme al artículo 35.5 del Estatuto de los Trabajadores (ET). La norma posibilita diferenciar las horas extraordinarias, evitar economía sumergida, la distribución irregular de jornada o los pagos pocos ortodoxos de horas extra. El texto del Estatuto de los Trabajadores dice: A efectos del cómputo de horas extraordinarias, la jornada de cada trabajador se registrará día a día y se totalizará en el periodo fijado para el abono de las retribuciones entregando copia del resumen al trabajador en el recibo correspondiente.
Pero según la nueva lectura que realiza el Tribunal Supremo, las pymes se librarán, por el momento, de este seguimiento de la jornada de sus trabajadores. Y decimos por el momento ya que el Supremo insta a una reforma legislativa que haga expresa la obligatoriedad del registro, es decir, se deberá seguir llevando el registro de la jornada laboral.
Falta leve frente a falta grave
A la espera de que se pronuncie el Ministerio de Trabajo ante la sentencia y las directrices que éste realice a la Seguridad Social y la Inspección de Trabajo, la falta de control de horas ya no constituirá infracción por parte de la empresa sino que será una falta leve. El nuevo rumbo que lleva el registro de horas supondrá, cuando siente jurisprudencia, menos cargas para la empresa pero puede ser un arma de doble filo cuando se trate de determinar las horas extra de los trabajadores de empresas. Por el momento, sin embargo, deberemos seguir llevando el control del registro de la jornada laboral.